FASCITIS PLANTAR
La fascia plantar es una aponeurosis del pie.
Una aponeurosis es una variedad de tendón en forma de lámina aplanada. Sus fibras de tejido conectivo son blancas y brillantes, y son histológicamente semejantes a las de tendones comunes, pero tienen menor inervación e irrigación sanguínea.
Las aponeurosis sirven principalmente para unir músculos planos a otras partes del cuerpo, aunque pueden unirse entre ellas mezclando sus fibras.
Se encuentran principalmente en las regiones abdominal, lumbar, palmar, plantar y en algunos músculos de la cara.
La fascitis plantar es una inflamación aguda de la aponeurosis plantar del pie.
Etiología:
El problema puede ser causado o agravado por un calzado inadecuado, así como por malas posturas, trabajo excesivo de esta zona. Además, otra causas que cabe destacar son
la pronación excesiva del pie, la pobre flexibilidad y fuerza de los músculos flexores plantares y sobreestiramiento del tendón de Aquiles.1
La fascitis plantar ha sido atribuida frecuentemente a la existencia de espolón calcáneo, un hallazgo radiológico consistente en una exostosis del calcáneo. La presencia de espolones calcáneos se ha asociado con la fascitis plantar, al ser una reacción perióstica al aumento de tracción de la musculatura plantar medial del pie, aunque no deben considerarse como patognomónico de esta enfermedad, dado que la fascia plantar se inserta por encima del espolón y no como prolongación del mismo.
Fisiopatología:
En la fascitis plantar se inflama el tejido conectivo grueso que está en la planta del pie y que se fija al talón (aponeurosis o fascia plantar).
Clínica:
El síntoma principal es dolor plantar en el talón o en la zona media de la planta del pie, que no suele deberse a un traumatismo concreto, sino a microtraumatismo
repetitivos por el trabajo habitual o el deporte. El dolor se siente normalmente en la base antero-medial del talón, y suele intensificarse por las mañanas por la rigidez que se presenta durante la
noche, y al realizar ejercicios que demanden de un aumento mayor de la carga sobre la zona.
Tratamiento:
La cirugía solo se recomienda después que se hayan agotado todas las medidas no quirúrgicas, y consiste en la liberación de la fascia plantar. Durante la cirugía, el
ligamento de la fascia plantar se corta parcialmente para aliviar la tensión en el tejido y si además se tiene un espolón óseo, este también será removido.